En la sociedad existen conflictos internos. Existen ciertas personas que parten de una desigualdad. A continuación pretendemos profundizar en el hecho de por qué se generan estas desigualdades, concretamente centrándonos en el problema de la marginación social en relación a los puestos de trabajo de las personas discapacitadas y, preguntándonos hasta qué punto la sociedad y los medios de comunicación permiten que estas personas se integren en igualdad de condiciones.
Según la RAE se conoce como persona discapacitada aquella que posee una limitación a la hora de llevar a cabo ciertas actividades provocada por una deficencia física o psíquica.
Ahora bien, debemos centrarnos en la palabra limitación, que no es sinónimo de impedimento, así pues, una persona discapacitada tiene la posibilidad de realizar, de manera correcta, una actividad laboral de la misma manera que cualquier otro tipo de persona.
Hoy en día se están llevando a cabo políticas de integración por parte de las empresas y de los partidos políticos para que estas personas puedan entrar en el mundo laboral y consigan llevar a cabo una vida cotidiana normal. Así pues, desde los medios de comunicación de masas observamos como frecuentemente aparecen noticias que tratan sobre la integración de este colectivo, vemos como en los medios aparecen los líderes de opinión o políticos relevantes dotando de viabilidad a estos proyectos... pero, es importante razonar a cerca de si esta actitud se lleva a cabo porque consideran necesaria la integración de este colectivo o si lo hacen por mejorar su imagen. Como ya sabemos, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una de las claves más importantes que debe desarrollar una empresa. Consiste en la preocupación por el medio ambiente, el entorno y la sociedad que les rodea... Así pues, IBERDROLA ofrece unas ayudas a proyectos de Inserción Sociolaboral de Personas con discapacidad e INDITEX está llevando a cabo políticas de integración ampliando el número de empleados que poseen una discapacidad. Muchas de las críticas hacia estos proyectos se basan en que las empresas realizan una labor tal con la única finalidad de aumentar sus beneficios. Con ello, deberíamos plantearnos si esta actuación se ha convertido en una nueva forma de hacer publicidad con la finalidad de mejorar su imagen de marca. A pesar de ello, es mi opinión que, toda aquella empresa que lleve a cabo tal labor social, sin de verdad estar convencida de que es una tarea necesaria a desarrollar en la sociedad en la que vivimos, acabará sin obtener los resultados esperados, ya que se trata de un compromiso importante que no toda la sociedad está dispuesta a llevar a cabo.
Otra cuestión a plantearnos sería si, las medidas que observamos desde los medios de comunicación de masas están siendo suficientes o si se debería aumentar el grado de implicación. Desde mi punto de vista, un dato que demostrará la verdadera razón por la que llevan a cabo estas políticas es la forma en la que las desarrollen. Aquella empresa que saque a la luz una política de integración pero que no la mantenga ni vuelva a llevar a cabo otra labor de este tipo, será una empresa que pretendía mejorar su imagen, pero que no creía en ello. Por otro lado, aquella empresa que, desde el día que inició tal proyecto de integración haya seguido manteniéndolo, será una empresa que verdaderamente está comprometida con la sociedad.
En cuanto a los paradigmas que envuelven a este hecho existen dos teorías enfrentadas. Por un lado las teorías de los funcionalistas y, por otro lado, la teoría del conflicto. Los funcionalistas afirman que las sociedades son unos sistemas abiertos donde cada miembro tiene una función diferente. Sin embargo, las teorías del conflicto se centran en las diferentes partes y procesos que definen a una estructura social. En este caso nos centraríamos a desarrollar la teoría funcionalista, dado que los funcionalistas piensan que la sociedad tiene necesidades específicas que permiten su ajuste estructural. De este modo, estaríamos hablando de que es la sociedad la que tiene determinadas necesidades y, a partir de esas necesidades la sociedad va estructurándose con la finalidad de satisfacer dichas necesidades. Así pues, la sociedad detecta una necesidad, la de integrar a las personas discapacitadas en el mundo laboral, así pues, cada persona lleva a cabo una función diferente, con la finalidad de conseguir satisfacer esta necesidad; integrar a las personas discapacitadas al mundo laboral y aumentar los puestos de trabajo que pueda ocupar dicho colectivo.
Para concluir, debemos decir que la incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral es un factor clave a la hora de conseguir una suciedad justa y plural. Así pues, es tarea de todos y, no sólo de unos pocos, promover la integración de este colectivo, ya que así lograremos lo que se pretende. Compromiso social y solidaridad son los factores clave que nuestra sociedad debe llevar a cabo.